Está claro: el nuevo año y la resaca de las fiestas producen un vacío del que es difícil escaparse. La segunda y tercera semana de enero sólo sirven de transición, días que van pasando como si tal cosa para matar los buenos propósitos hechos mientras las burbujas del cava ayudaban a pasar el turrón blando. Semanas de exaltación de lo frívolo para recuperar la superficialidad perdida. Aunque aún hay gente que esperará a las segunda rebajas...
Un artículo divertido sobre estudios y estadísticas absurdas.
jueves, enero 10, 2002
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