domingo, septiembre 28, 2003

Tuve ayer la oportunidad -por segundo año consecutivo- de asistir a la fiesta de clausura del Festival de Cine de San Sebastián. Por supuesto, desde hace años no se exige ningún tipo de etiqueta para asistir. Hace treinta años los hombres no podían entrar ni de traje oscuro. El esmoquin era obligatorio. Hoy va todo el mundo en camiseta. Incluso en la gala previa a la fiesta, Kevin Costner salió a presentar su película en mangas de camisa. Menos mal que Robert Duvall llevaba un trajecito y corbata. Pero vamos, dejando a un lado los vestires y glamoures, la fiesta me pareció bastante coñazo y su prolongación en la discoteca Bataplán realmente insufrible.

Cine no vi mucho. Una película rusa que no se estrenará en España casi seguro, Starukhi, curiosa y divertida a ratos, muy mal subtitulada: continuas erratas y faltas ortográficas básicas, giros argentinos y largos tramos de película sin subtítulos (cuando hablaban en uzbeko). Y Swimming Pool, una interesante película de Francois Ozon protagonizada por Charlotte Rampling y Ludivine Sagnier; con un desconcertante final que deja un extraño sabor de boca hasta entonces delicioso. Es decir: en los últimos diez segundos la pifian bastante. Pero el film merece la pena y sirve para descubrir la explosividad de la Sagnier, la pequeña de las 8 femmes que clausuraron el festival del 2002. Esta chica dará que hablar.

jueves, septiembre 25, 2003

Os invito a descubrir, a los que no lo conozcáis, y a releer, a los que ya lo consideréis como parte indispensable de vuestra biblioteca, a un fantástico escritor, Maxence Fermine. Nació en Albertville en 1968. Pasó su infancia en Grenoble y residió trece años en París. Se inscribió en la Facultad de Letras, donde permaneció casi un año antes de partir a África con una maleta repleta de libros. Vivió durante un tiempo en Túnez y actualmente reside en la Alta Saboya. Fruto de ese peregrinar por el mundo son obras como Nieve, El Violín Negro, El Apicultor y Opio. Mitad novela, mitad fábula, uno no sabe si está leyendo un cuento, una historia milenaria, un haikuk o una leyenda mágica, todo eso junto, aveces. Ya os digo, aunque no suene mucho por aquí, es uno de los escritores más prometedores de Europa en la actualidad. Sus libros son bastante cortos, no os llevarán más de dos horas leerlos (cada uno, no jodamos), pero con ellos se hace buena la frase de lo bueno si breve dos veces bueno. En fin, ya me contaréis.

viernes, septiembre 19, 2003

Salta a la vista que Estefanía de Moneyco desconoce los efectos maravillosos de los anticonceptivos (alguien me dirá que no son tan wonderful, pero déjenme que yo piense lo contrario), así como las normas elementales de vida en la Corte (Normas Elementales: Nº1- no casarte con tu guardaespaldas. Nº2- impedir que salga a la luz el vídeo en el que tu ex-marido y ex-guardaespaldas da ¿correcto? uso y disfrute (eso sí) a los anteriormente citados métodos anticonceptivos con cierta casquivana piscinera. Nº3- no volver a liarte con otro de tus guardaespaldas. Nº4- no enrolarte con un domador de leones e irte a vivir con él a una caravana. Nº5- no recaer en maravillosos mundo del circo, esta vez con un acróbata diez años menor, y menos hacerlo tu marido y padre de tu cuarto hijo... En fin, hay muchas más normas, claro, pero todas saltaron por los aires, en su debido momento). Si ni fuese porque siempre se lía con los mendigos y no con los príncipes sería una auténtica dama de la Corte, es decir, una cortesana. Deduzco, por tanto, que estefanía se pasará por el arco del triunfo (nunca mejor dicho) el nuevo parche anticonceptivo. Sinceramente, yo si fuese mujer tampoco lo usaría, o al menos no lo cambiaría por la píldora. Siempre ahí, a la vista, como si de una tirita gigante se tratase... Y ¿en verano?, ¿que haces con el en verano? Cierto es que determinadas chicas-mujeres podrán esconderlo bien debajo de las gabardinas con las que acostumbran a ir a la playa (esto esta dicho sin acritud, como diría el rey de los bonsáis), pero ¿y las otras?, las que deciden que tomar el sol en topless y con un maravilloso y mínimo tanguita es una opción tan válida como otra cualquiera. ¿Dónde esconderán estas últimas su secreto, su parche, su aversión hacia los espermatozoides del saturday night? Y encima, a la cuarta semana, esa marca blanca... Alguien habrá que pueda decirme que aquella que no esconde su cuerpo no debería tener problema en no esconder un parche, pero antes de que alguna mente sagaz se me adelante ya os digo que creo que son cosas totalmente diferentes, asuntos de distintas dimensiones, espacios y tiempos, temas para otro no muy lejano artículo. Por estos y otros motivos yo nunca lo usaría, el parche, claro, aunque, sinceramente, esa no es mi guerra. QUE LA FUERZA OS ACOMPAÑE.

jueves, septiembre 11, 2003

Charo nos recomienda esta Antología de respuestas de exámenes en Instituto. La descripción del círculo es genial.

martes, septiembre 09, 2003

No nos vendría nada mal, teniendo en cuenta como está el patio de un tiempo a esta parte, tomarnos la vida con un poco más de sentido del humor. Si esto hiciésemos tal vez nos saldrían más arrugas de esas que nacen al compás de carcajada y media, pero seguro que no consideraríamos vejatorios cierto tipo de anuncios publicitarios. Y es que, últimamente, me vengo haciendo bastante bueno en el arte de adivinar qué spots (de los que llegan a verse) son candidatos a que algún colectivo colectivizado de gente colectiva los tache de vejatorios y, por ello, pretenda su inmediata censura. Sinceramente (y esto es una opinión personal) me parece que Muéstrales el camino es gracioso y no vejatorio (aunque algunas se empeñen en decir lo contrario); que una enfermera arrodillándose ante un paciente no tiene que irritar al colectivo médico al grito de ¡felatio, felatio, qué ofensa para nuestra profesión!; que un bonito y billarístico culo que no deja ver un partido de fútbol a tres tontos cerveceros desprestigia más a los hombres que a las mujeres... En fin, así hay unos cuantos más. Lo que me llama la atención es que todos los anuncios que ofenden a algún colectivo versan sobre sexo o algo similar, nada más hay que ofenda a la peña de este universo-mundo. También me llama la atención que las mujeres (por coger un colectivo) consideren más vejatorios los anuncios de AXE que aquellos que las invitan a descubrir su lado tanga (¿lado tanga?, ¿lado tanga?) o los que las convierten en una especie de Princesa Leia que regresa del futuro con la fórmula mágica para que puedan así lavar más blanco, o aquellos otros en los que no se sabe por qué tiene que aparecer siempre una tía en pelotas aunque sea para anunciar pasta de dientes. Y qué me decís de esos médicos de pacotilla que salen en todos los anuncios de detergentes, pomadas, etc... El orgullo de la profesión oiga. Pues eso, que creo que deberíamos reírnos más y autocensurarnos menos. La publicidad en otros países es la caña y la coña y aquí, a los que se arriesgan se les tira constantemente para abajo. Aunque soy consciente de que alguien puede no estar de acuerdo conmigo y el cajón tal vez me vomite comentarios adversos, no por ello iba a dejar de emitir esta cuña publicitaria, no voy a ser yo el primero que me censure, ¡estaría bueno!, para eso ya están los otrosy no los de Amenábar.
Restaurante Los Hornos, en La Toja. El kilo de percebes a 160 euros, con bastante piedra, por cierto.
Nada comparable a lo que se puede perder en el casino, a cien metros, en una horita
El resto de Galicia, rías altas y bajas, tremendo. Reconcialiación con esta región once años después.

jueves, septiembre 04, 2003

Yo últimamente, desde que estoy en Galicia, no me acostumbro a salir los días que llueve. Y he aprendido que la tele galega no está tan mal. Recomiendo a todos el programa "Supermartes", que se emite los miércoles, y que, siendo del estilo de cualquier concurso de preguntas de cultura general, alcanza su interés a la vista de las respuestas. Transcribo ejemplos recopilados estos meses: "¿Cuál es la capital de Irán?". Respuesta del concursante:"Irún". Otra (un día distinto): "¿Estonia, Lituania y....?". Respuesta: "... A Coruña!". Otra: "¿Qué idioma se habla en Irlanda?". Respuesta:"¿...el galáctico?". Otra: "¿Tubérculo comestible más famoso de Galicia?. Respuesta: "El percebe". Otra: "¿Qué le gusta a un melómano?. Respuesta (ésta me encantó): "El melón". Y una última: "¿En qué día cayó este año el Jueves Santo?". Respuesta: "¿.....en lunes?". Obviamente, tanto las preguntas como las respuestas se expresan en gallego, pero en castellano tampoco tienen desperdicio. Por lo demás, y los martes sobre todo... ¡que xova, que xova!

martes, septiembre 02, 2003

El domingo la cita fue en Gijón again. Había variedad pero la decisión fue fácil. Descarté La Oreja de Van Gogh porque no me gusta y en la plaza de toros llueve y uno se moja y no es plan y todo eso. También pasé mazo de los Jarabe de Palo que tocaban a escasos 20 km de Gijón, por la distancia, porque tampoco me hacen mucha gracia y porque me dan miedo los ojos últimamente maquillados ojos de Pau. Pero la cuestión es que si me hubieran gustado alguno de los grupos anteriormente citados habría sido una putada tener que decidirme por uno u otro, o por el que finalmente me decidí. El caso es que la cosa estaba clara desde el principio. Al final de la playa, allá donde rompen melodiosas las olas, en una pequeña discoteca, unos pocos privilegiados fuimos testigos de que el rock&roll existe, que Operación Triunfo mata pero no extermina, que hay supervivientes. Acordes de jazz por el medio, milongas y ligeros guiños de blues por la derecha, letras con marcado acento porteño por la izquierda. Caña, mucha caña, de la buena. Buenas noches Gijón y todo eso. La gente saltando, cantando, bebiendo, escuchando, disfrutando. La lluvia afuera, nosotros adentro y el rock por todos lados. Los mecheros en esas canciones. Aplausos y un bis de los buenos. Canciones de ayer, hoy, mañana, es decir, Tequila, Los Rodriguez, Ariel Rot. Culpable ARIEL ROT, culpable, sí, de matarnos de placer musical.