martes, septiembre 09, 2003

No nos vendría nada mal, teniendo en cuenta como está el patio de un tiempo a esta parte, tomarnos la vida con un poco más de sentido del humor. Si esto hiciésemos tal vez nos saldrían más arrugas de esas que nacen al compás de carcajada y media, pero seguro que no consideraríamos vejatorios cierto tipo de anuncios publicitarios. Y es que, últimamente, me vengo haciendo bastante bueno en el arte de adivinar qué spots (de los que llegan a verse) son candidatos a que algún colectivo colectivizado de gente colectiva los tache de vejatorios y, por ello, pretenda su inmediata censura. Sinceramente (y esto es una opinión personal) me parece que Muéstrales el camino es gracioso y no vejatorio (aunque algunas se empeñen en decir lo contrario); que una enfermera arrodillándose ante un paciente no tiene que irritar al colectivo médico al grito de ¡felatio, felatio, qué ofensa para nuestra profesión!; que un bonito y billarístico culo que no deja ver un partido de fútbol a tres tontos cerveceros desprestigia más a los hombres que a las mujeres... En fin, así hay unos cuantos más. Lo que me llama la atención es que todos los anuncios que ofenden a algún colectivo versan sobre sexo o algo similar, nada más hay que ofenda a la peña de este universo-mundo. También me llama la atención que las mujeres (por coger un colectivo) consideren más vejatorios los anuncios de AXE que aquellos que las invitan a descubrir su lado tanga (¿lado tanga?, ¿lado tanga?) o los que las convierten en una especie de Princesa Leia que regresa del futuro con la fórmula mágica para que puedan así lavar más blanco, o aquellos otros en los que no se sabe por qué tiene que aparecer siempre una tía en pelotas aunque sea para anunciar pasta de dientes. Y qué me decís de esos médicos de pacotilla que salen en todos los anuncios de detergentes, pomadas, etc... El orgullo de la profesión oiga. Pues eso, que creo que deberíamos reírnos más y autocensurarnos menos. La publicidad en otros países es la caña y la coña y aquí, a los que se arriesgan se les tira constantemente para abajo. Aunque soy consciente de que alguien puede no estar de acuerdo conmigo y el cajón tal vez me vomite comentarios adversos, no por ello iba a dejar de emitir esta cuña publicitaria, no voy a ser yo el primero que me censure, ¡estaría bueno!, para eso ya están los otrosy no los de Amenábar.

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