martes, septiembre 02, 2003

El domingo la cita fue en Gijón again. Había variedad pero la decisión fue fácil. Descarté La Oreja de Van Gogh porque no me gusta y en la plaza de toros llueve y uno se moja y no es plan y todo eso. También pasé mazo de los Jarabe de Palo que tocaban a escasos 20 km de Gijón, por la distancia, porque tampoco me hacen mucha gracia y porque me dan miedo los ojos últimamente maquillados ojos de Pau. Pero la cuestión es que si me hubieran gustado alguno de los grupos anteriormente citados habría sido una putada tener que decidirme por uno u otro, o por el que finalmente me decidí. El caso es que la cosa estaba clara desde el principio. Al final de la playa, allá donde rompen melodiosas las olas, en una pequeña discoteca, unos pocos privilegiados fuimos testigos de que el rock&roll existe, que Operación Triunfo mata pero no extermina, que hay supervivientes. Acordes de jazz por el medio, milongas y ligeros guiños de blues por la derecha, letras con marcado acento porteño por la izquierda. Caña, mucha caña, de la buena. Buenas noches Gijón y todo eso. La gente saltando, cantando, bebiendo, escuchando, disfrutando. La lluvia afuera, nosotros adentro y el rock por todos lados. Los mecheros en esas canciones. Aplausos y un bis de los buenos. Canciones de ayer, hoy, mañana, es decir, Tequila, Los Rodriguez, Ariel Rot. Culpable ARIEL ROT, culpable, sí, de matarnos de placer musical.

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