viernes, octubre 29, 2004

He de decir que no me sorprende, pero no por ello me duele menos. Hoy finalmente la posibilidad se ha materializado en titular de periódico: "Los legendarios cines Clarín cierran para siempre ante la imposibilidad de competir contra los grandes centros de ocio". R.I.P. Para los que no son de Oviedo les diré que Los Clarín eran algo así como Cuba, el último foco de resistencia frente a las grandes multinacionales del entretenimiento y sus Warner-Lusomundo o Yelmocineplex... Eran algo más que rancias y destartaladas salas de cine, eran silencio y esas motas de luz en el aire que salen del proyector, eran pocas, muy pocas cabecitas diseminadas por una sala enmohecida, eran películas de Aristarain, Loach, Linch, Garci, Campanella, Allen... Cuántas películas me vienen ahora a la memoria en esos domingos lluviosos... El lugar donde estuvo el paraiso, Lugares comunes, Acordes y desacuerdos, Elephant, You are the one, El Abuelo, Diarios de Motocicleta, La Mirada Violeta, Soñadores, Roma, El señor Ibrahim y las flores del corán, La maldición del escorpión de Jade, Todo lo demás, Un final made en Hollywood, El crimen del padre Amaro, Tiovivo 1950 y tantas otras que ahora no recuerdo... Cualquiera que lea esto, convendrá conmigo en que un cine así, hoy en día, tenía los días contados. A dónde ir a hora a ver esas películas que los grandes cines ni siquiera estrenan... No estoy en contra de esos cines (quede claro), es más, me apasionan por su comodidad, dimensiones, sonido, etc... pero hay que reconocer que de las 20 salas que tienen en 17 ponen Spiderman y en las otras tres Una rubia muy legal. En fin... a partir de ahora, me da a mi que tendré que esperar para ver esas películas que hasta ahora daban en Los Clarín, a que salgan en DVD. Una pena. Hoy es un día triste para mi, muy triste. Hoy más que nunca THE END.

jueves, octubre 28, 2004

Mientras veo cómo se acerca inexorable el Martes de los martes, me voy dando cuenta de la importancia real de estas elecciones. Además de todo lo dicho, lo chiflado que está George W., etc., el próximo presidente de los USA seguramente tenga el honor de elegir tres nuevos miembros de la Corte Suprema.

Esto, amigos, es la leche. El US Supreme Court (desde ahora USSC) lo manda todo, así de claro. De todos es conocido que aquí las leyes, más que escribirse, se van haciendo por jurisprudencia de los casos y tal. Y claro, los casos que llegan al USSC son los que marcan la pauta. Por ejemplo, Roe vs. Wade, que básicamente legalizó el aborto en 1973.

El USSC lo componen 9 tipos que una vez elegidos se quedan ahí hasta que se mueran o se retiren. Los propone el presidente, los acepta el Congreso –casi siempre, salvo que el presidente se pase tres pueblos- y sólo un impeachment del propio Congreso los puede sacar de ahí por la fuerza, algo que ocurrió una sola vez, hace más de 150 años.

En este momento, la situación está así:

William H. Rehnquist, 80, promocionado por Nixon (1972) y “chief justice” desde 1986 (decision de Reagan). Pese a sus padrinos, no es tan conservador como parece. Ingresado esta semana por cáncer de tiroides.

John Paul Stevens, 84, de Ford (1975), uno de los más liberales, espíritu independiente. Tratado por cáncer de próstata en 1992. Problemas cardiovasculares. (Coño, tiene 84 tacos!).

Antonin Scalia, 68, colocado por Reagan (1986). Conservador de los de verdad, mente brillante. A Bush hijo le encanta. Dice que si tiene que nombrar a uno, será como él.

Ruth Bader Ginsburg, 71, apadrinado por Clinton (1993). Liberal moderado. Cáncer de colon desde 2000.

David Souter, 65, colocado por George H.W. Bush (1990). Aunque lo apadrinase Bush padre, es un liberal. Suerte que tuvimos.

Clarence Thomas, 56, también por George H.W. Bush (1991). Aquí no falló: conservador como el que más. Durante los primeros años se limitaba a decir: “Yo estoy de acuerdo con Scalia”.

Stephen G. Breyer, 66, apadrinado por Clinton (1994). Liberal moderado que ha votado con los conservadores varias veces.

Sandra Day O`Connor, 74, por Reagan (1981). Mitad y mitad, no se sabe por dónde va a salir su voto. Operada de cáncer de mama en 1988.

Anthony Kennedy, 68, también de Reagan (1988). Otro voto indeciso.

Los últimos años, la mayoría de las decisiones han estado muy apretadas, con frecuentes 5-4. ¿Qué quiere decir todo esto? Que el próximo presidente elegirá suficientes jueces para marcar la tendencia del USSC en los próximos... 25 ó 30 años, fácilmente.

Si gana Bush, por poner, y nombra a un par de jueces tipo Scalia, podrían echar abajo Roe vs. Wade, algo que lleva deseando el propio Scalia y Thomas desde hace tiempo.

Si gana Kerry, es muy probable que alguno de los jueces más ancianos se retire inmediatamente –el primero sería Rehnquist, así que habría elegir “chief justice”, que manda mucho- para que el presidente elija nuevos jueces más liberales y jóvenes, asegurándose así que los conservadores más extremos no mandarán el equipo.

Como se habrá observado, Bush hijo no ha elegido ningún juez en los últimos cuatro años. Esto se debe a que los achacosos le temen más que a un tuerto, así que están aguantando como pueden.

Pedazo de análisis me acabo de marcar... no era mi intención meter este bloque, pero una vez puestos...

martes, octubre 19, 2004

¿Otra vez?¿Es que no aprendieron de lo ocurrido hace cuatro años? Me da a mi que ni en las pasadas elecciones Afganas (sí, esas en las que se le pintaba una uña a la peña con un rotu indeleble) hubo tantas irregularidades. Con lo fácil que es meter una papeleta en una urna y luego contarlas, señor mío...

lunes, octubre 18, 2004

En dos palabras: in-fumable.

lunes, octubre 04, 2004

Este fin de semana elegí Roma como destino. No tenía elección. El billete me costó 5, 60 €. Me senté en la butaca y comenzó el viaje... Allí me encontré con mi Adolfo, Juan Diego y el cascarrabias de Pepe. Lo pasamos de cine. Lloramos, reímos, leímos, recordamos, cogimos, enterramos, añoramos, amamos, bebimos, protestamos, escribimos, nos revelamos, y cuando no pudimos más, empezamos de nuevo. Nos hacíamos acompañar por un buen puñado de porteñas y por una linda rubia (esa era la mía). Fue genial, intenso y breve, como casi siempre. Y el jazz de fondo y el río y su susurro... Una vez más, mi sitio, mi lugar común, mi lugar en el mundo. Roma.