miércoles, enero 16, 2002

Compañeros poetas (aprovecho para citar a Silvio Rodríguez, que sé que a Nacho le gusta). La nube negra que ahora mismo tengo encima (más negra que el sobaco de un grillo, como decimos en mi tierra) no lo es tanto como para dejar que se me eche en falta. Lo que no voy a hacer es hablar de fútbol, entre otas cosas porque no tengo vocación de comentarista deportivo ni aspiro a ser nombrada por el Sepla como piloto del año; lo que sí puedo es decir algo en favor de Raúl, aunque no soy raulista (ni siquiera soy charista). No haremos el ridículo en el Mundial por su culpa, pero aún así, no pasaremos de octavos de final. Podemos hacer apuestas si queréis. La explicación, no la sé. Será la idiosincrasia, qué sé yo. Es propio de americanos lo de poner una plataforma sobre los cascajos de la "zona 0" para avivar el turismo y sacar unos pavos; es propio de franceses lo de instalar máquinas en las autopistas que no aceptan monedas de euro españolas (a mí ni siquiera me extrañaría que dieran descargas eléctricas al detectar una matrícula española), y es propio de españoles hacer el ridículo en los Mundiales, en los JJOO y hasta en Eurovisión. Lo explico como Nacho. Una canción que haya conmocionado a las masas: "No cambié"; un libro que se lea en este país: los de familia de la Preysler; y una película que interese: "Gibraltar español", que además, da para muchas palomitas.

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