miércoles, junio 12, 2002

Ahora que estamos en plena negociación colectiva, aprovecho para introducir mis reivindicaciones. Punto 1: cuando me quede mano a mano con el jefe y su legión de musas exijo aumento de sueldo (del 50%). De todos modos, he de decir que por primera vez, conozco a una de ellas. Elena Anaya es prima de una de mis mejores amigas. Empezó en el anuncio del cuponazo: ese famoso anuncio en que una larguísima cola de gente se concentraba ante el puesto de la ONCE y luego caían con un efecto dominó. Te puedo contar lo que quieras de ella y de su prima. Laura Anaya es irrepetible e incomparable. Sólo te digo que cuando fuimos de viaje de estudios a Francia (con 16 años), llamó a su casa a cobro revertido y sus padres no aceptaron la llamada. Todavía nos reímos de eso.
Para los que no tengan musas (ni musas ni pocas), voy a recomendar un libro: "Cuando llegan las musas. Cómo trabajan los grandes maestros de la literatura", de Raúl Cremades y Ángel Esteban. Cuenta las manías de autores como Buero Vallejo, Miguel Delibes, García Márquez...

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