viernes, mayo 31, 2002

Pero ¿a qué se debe ese absentismo? ¿No me digáis que estáis todos a 15 días de la oposición? Yo a lo del Mundial tengo que decir que los senegaleses han bailado danzas tribales delante de mi casa durante dos horas (sus gritos te habrían acabado de reventar el estómago, Rafa). Y es que el exceso de confianza es el peor enemigo del número uno. También le ocurrió al Real Madrid en los dos títulos que dejó escapar.
La conducción de vehículos a motor también se resiente cuando hay exceso de confianza: uno siempre acaba metiendo la pata. Contaré una parábola: hace poco peatonalizaron el centro histórico de Granada (punto clave para llegar a todas partes en menos de una hora ). El sistema para hacerlo efectivo fue el de "pilonas", que son postes de obra que salen de la calzada, de un metro de altura más o menos, y que son capaces de detectar la señal magnética que emiten las matrículas de los coches de los residentes en el centro, que están autorizados por el Ayuntamiento para pasar. La pilona, al recibir la señal, baja y el coche pasa; al alejarse, se pierde la señal y la pilona vuelve a subir. Bien, la pillería y el exceso de confianza han hecho que varios conductores (listillos) traten de colarse detrás de coches residentes en el espacio de tiempo en que la pilona está en el suelo. A veces, sale. Pero otras... la pilona ha sorprendido a más de dos atravesando el suelo del automóvil y apareciendo junto al freno de mano. Y yo os digo que antes entrará un camello por el ojo de una aguja que un coche atravesado por una pilona como una brocheta pueda entrar en la ITV.

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