jueves, mayo 02, 2002

Hoy he ido a pagar una multa a Tráfico. He llegado cinco minutos antes de que cerraran, por lo que sabía que no la iba a pagar en ese momento: ya sabéis, estas cosas nunca se pagan a la primera, o te falta algún papel o puedes hacer algo, o... Bueno, mi problema en concreto era que sólo se podía pagar en metálico. En ese momento miré al cajón abierto de debajo de la ventanilla. A ojo: tres filas de billetes en vertical, de 35 cm cada fila, de esos recogidos en taquitos que se cierran con el número diez de abrazadera. Una pasada, qué montón de pasta, qué mala leche, qué...
Y otra: llevo toda la tarde llamando al número de atención al cliente de una compañía de seguros. Me salta un contestador: "Nuestro horario de atención es de 9 de la mañana a 8 de la tarde, de lunes a viernes". Pues coño, eso mismo, coged el teléfono. Acabo de caer en la cuenta de que hoy es fiesta en Madrid, y éstos tendrán la central allí, supongo, con sus 901 y 902 apátridas... pero los demás curramos, y yo el seguro lo contraté en Gijón. De todas formas, lo del contestador que te dice 'llame en horario de oficina", cuando de hecho estás llamando en ese horario, me pone malo. Y ya van muchas.

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