jueves, mayo 20, 2004

Si sois amantes de los animales tenéis una cita ineludible estos días en el aeropuerto de Barajas. Allí encontraréis posiblemente la mayor concentración de pastores alemanes del país. Se exhiben estos días flanqueados por policías nacionales y guardias civiles (especie amenazada de extinción por... otros animales mucho menos racionales que los pastores alemanes); éstos a su vez se pasean con sus respectivas moscas detrás de la oreja, lo cual convierte el aeropuerto en un ecosistema atractivo para entomólogos de todas las nacionalidades. Eso, sin hacer mención a los animales rastreadores que confunden la seguridad con el derecho a olisquear en las pertenencias ajenas, que son animales desalmados, que suplen sus carencias (presentan disfunciones a la hora de distinguir fundamentalistas islámicos, y hasta una servidora ha sido su víctima a pesar de ser una corderita de la especie más común) con una insoportable prepotencia. Pero salvo mariposas (por millones, en mi estómago, del mal rato), la búsqueda resultó infructuosa. Como dicen las promociones de los yogures: "Seguid buscando. Hay miles de premios". Y vivan los novios...

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