jueves, octubre 30, 2003

¿Hasta qué punto lo que prometen los políticos en campaña electoral debería ser entendido como un contrato verbal? Un contrato verbal con los electores, claro. La cosa es como sigue: Él/ella nos piden nuestro voto -- si se lo damos prometen bajar los impuestos -- se lo damos porque él/ella ha dicho que si eso hacíamos bajaría los impuestos -- él/ella gana gracias a nuestro voto -- él/ella sube los impuestos. Conclusión: él/ella mienten. Lo que no entiendo es que seamos capaces (y aquí me incluyo, of course) de mover cielo y tierra para reclamar los 25 mensajes que Vodafone (por coger uno) nos prometió si nos comprábamos su móvil, y no hagamos algo cuando llega él/la alcalde/sa de turno y sube los impuestos que dijo que iba a bajar. Pero es que el ser humano es tan irracional... (nota: cualquier parecido con la ficción es pura realidad).

lunes, octubre 27, 2003

¿Son cinco euros de mierda? Será cinco duros por mensaje... Si no es así, vas a tener que convocar una de esas conferencias de donantes para que ayuden a pagar los mensajes del móvil. Pero te comprendo, yo también he pasado horas de mi vida hablando con diferentes "extensiones" (así se identificaban) para tratar de resolver un problema que te dejan contar una y otra vez a diferentes personas sin resolver nada. A las dos horas les dije (algo mosqueada): "¿Pueden ponerme con el servicio de reclamaciones?". Me dijeron: "No tenemos". ¡Qué hacer ante eso!? El cliente tiene dos opciones: colgar y cortarse las venas, o cortarse las venas sin más. Lo primero es siempre mejor porque imaginaos las facturas después de pasar 3 horas de reloj hablando con un 902 (que no son gratuitos, cuidado...), y con diferentes extensiones: 108, 234, 137, 156... Cada uno de ellos preguntaba: "¿En qué puedo ayudarle?", y de nada servía indicarles que ya se había comentado el problema al anterior compañero porque luego te preguntaban el número de su extensión y estabas perdido. Así pasaban las horas... y los gastos se multiplican, y como el ciudadano medio no gana para reclamaciones, nos tienen a todos sometidos a su voluntad. Un sueldo es un sueldo, y dos son dos, y eso de "uno más uno son siete" es una leyenda urbana.

jueves, octubre 23, 2003

Una vez más una telefonía me toma el pelo. Tras descubrir que Amena me estaba cobrando unos sms que en teoría me regalaban como promoción, llamo a 'Atención al cliente' y me dicen que efectivamente había habido un problema y el bono de mensajes no estaba activado; y que me lo activarían a partir de mañana para consumir 25 mensajes en un mes. Por supuesto, si no me llego a enterar consultando la lista de llamadas por internet (mosqueado porque el saldo no me encajaba), su promoción les hubiera salido redonda: no sólo no les cuesta un duro, sino que incentivan el gasto. Son cinco euros de mierda, pero sumando cinco+cinco+cinco... como los miles de millones anuales que sacaba telefónica con los cambios no devueltos -o directamente tragados- de las cabinas.
Lo mejor: para reclamar la devolución del importe cobrado por error tengo que mandar un fax al 912065313, porque la chica "desde aquí" no puede hacer nada. A todo esto su primera pregunta fue: "¿Qué palabra y a qué numero envió un mensaje para activar esta promoción?". En plan: "Si no te has estudiado la lección, hoy no hay onza de chocolate". La promoción era un regalo de Amena para premiar mi fidelidad porque había cumplido tres años de abonado. Manda huevos.
Badajoz. A tres horas largas de Madrid, a dos de Lisboa y de Sevilla, paseo fluvial lleno de palmeras regadas por un Guadiana que divide y rodea -al mismo tiempo- la ciudad. Todo recuerda al Levante español, inexplicablemente; desde las murallas para frenar a los moros, hasta las sillas y manteles de muchos restoranes. Curiosa ciudad. Tiene su punto. No vale quedarse con el "Badajoz es la fea y Cáceres la bonita".

miércoles, octubre 22, 2003

No sé si hablaros de que hay una ola de frío increíble porque me han dicho que el clima en Galicia es así por regla general, aunque a mí me parece que el día que hace aquí hoy es propio de Granada, si acaso en Navidad. No sé qué zapatos comprarme, ni qué edredón, ni sé qué hacer para no olvidarme el paraguas cada dos por tres. No me quejo, que conste, que esto sigue siendo una maravilla, pero días como hoy, graniza, hay niebla, y una se pasa una semana resfriada y otra con gripe, y esperando que cualquier día me canten un villancico o me corten la carretera por culpa del hielo. Ay, carallo...

sábado, octubre 18, 2003

Acabo de ver El crepúsculo de los dioses (Sunset Bulevard). Una película dirgida por Billy Wilder y protagonizada por Gloria Swanson y William Holden, en la que hacen de ellos mismos Cecil B. DeMille y Buster Keaton, entre otros. Holden era un actor casi acabado y Gloria Swanson estaba en un ocaso paralelo al papel que hubo de interpretar. Montgomery Clift rechazó el papel de Holden; y Mae West, el de Swanson, vaya ojo. Total, que el que no la haya visto tiene que ver esta joya del cine negro. Ya sabéis: "Los años de papel te vuelven a cegar como a Norma Desmond en Sunset Boulevard...". Lo mejor es que en un primer momento iba a ser una comedia.

miércoles, octubre 08, 2003

Seguramente los que han votado a TERMINATOR para que les gobierne, guarde y custodie, así como el resto de los mortales que lo hubieran votado de haber sido californianos se habrían rasgado las vestiduras si hoy el gobernador de la quinta economía mundial fuese el enano Arnold, la super estrella porno o Larry Flynt. Como si DEPREDADOR fuese mucho más válido que los otros. Al fin y al cabo todos son actores, sólo que de géneros diferentes. Lo que una vez más queda patente con todo esto es que la gente no quiere buenos gobernantes, sino estrellas mediaticas. Ay como le de a Belén Esteban por presentarse a la alcaldía de Benidorm, o a Pocholo a la de Ibiza, por no hablar de la que se montaría ante un Beckham for president. Si eres supermolón y enrollas cantidad, no te preocupes, yo te voto. Y ahí están los casos de Gil, Julián Muñoz y compañía; claro que luego pasa lo que pasa. CONAN tenía más pasta y era más famoso y ante eso no importa que 16 mujeres de nada le hayan denunciado por acoso o que admire a Hitler en la intimidad, total... Pero la cosa no acaba ahí, qué va... Schwachenager lleva de número dos o tres de su equipo a un analista del copón, un estratega de tomo y lomo, todo un genio de la economía y de los problemas sociales... Nada más y nada menos que ROB LOWE, otro que se empeñaba también en tocar culos que no eran suyos (ni de sus novias precisamente). En fin, que tiemblen las secretarias modositas y que salten de alegría las becarias calentonas porque aquí llegannnnn.... LOS GOBERNADORES (próximamente en los peores cines).

viernes, octubre 03, 2003

Ya que hace poco comentamos algo sobre anuncios de televisión, ¿qué os parece el de la secadora y la piscina? ¿Es también de Siemens, como aquél que le molesaba a Charo en el que la mujer cambia al marido por no saber instalar la lavadora? Pues éste de la piscina es un poco macabro. Me recuerda a una novatada -que se cuenta desde hace décadas- de un colegio mayor de Madrid en el que llevaron en pelotas al novato con los ojos vendados hasta el trampolín de la piscina. Le dijeron a ver si tenía arrestos (es por no repetir 'pelotas') para tirarse de cabeza.... y los tuvo. No había agua.