El sábado amaneció lluvioso, gris y roto sobre la Concha, como la voz de Waits. Tal vez era un guiño cómplice de la ciudad al de Pomona. El día me lo pasé de cañas y pintxos por una zona vieja en la que si tirabas un alfiler se pinchaban siete (como diría el bueno de
Dani Rovira). Madre mía qué de gente... qué ambientazo, qué de turistas y cuántos despistados venidos de los san fermines... Y eso que el día no acompañaba. De camino al Kursaal para retirar las entradas (a eso de las 17 hours) tremenda tromba tu, así que de un salto me planté en el agradable bar del María Cristina, donde vi llover a través de los cristales dando pequeños sorbos a un increible té japones con lima. Tras toda tormenta llega la calma y yo la aproveché para retirar las entradas y volver al hotel a descansar un poco. A eso de las ocho nuevamente de cañas y pintxos (que buenos el
A fuego Negro y
La Cuchara de San Telmo) y a las nueve en point clavados en la puerta del Kursaal. En las tremendas colas me topé, a un metro escaso, con
Mikel Erentxun, tragándose la colita como uno mas. Por fin en la butaca y a esperar. Poco a poco se fue llenando el auditorio con fans venidos de todas partes. Entre los 1.800 incondicinales había (habíamos) de todo, gente normal y luego, cómo siempre ocurre en estos casos, también había muchos guays (léase waits). A las ten menos ten se hizo la oscuridad y luego él. El y su voz de tubo de escape y su bombín y sus dedos torcidos y su cara del monje feo de
El Nombre de la Rosa, y esa pedazo de banda y ese ritmo y ese piano y esa estética de circo o de cabaret o de ambas a la vez y esas botas sucias y ese sentir que uno está viviendo un momento irrepetible... Dos horas y creo que 24 canciones que nos supieron a poco. El concierto fue increible aunque se echaron de menos muchos clásicos. El repertorio fue algo extraño. Mr. Waits tiene un montón de canciones "raras" y que a cualquiera que no lo conozca le sonarán todas iguales... pues las tocó todas el sábado y seguidas... Y de los pocos clásicos que tocó hizo unas versiones tan "suyas" que si te despistabas un poco no los reconocías. Creo que el repertorio estaba muy bien para Frisco, Pomona o NY, en donde estarán hartos de verlo tocar, pero para una vez en la vida que viene a España podía haberse currado un repertorio algó más clásico o universal. Y eso que a mi me encantan todos sus discos y canciones, pero es como si Serrat, al que adoran desde hace 30 años en Argentina, y suponiendo que nunca hasta la fecha hubiese dado un concierto allí, va mañana y les da un concierto por primera vez y les toca casi todas las canciones del último disco y ni siquiera les toca Mediterráneo... pues hombre, el concierto les gustaría mucho igual a los porteños y estarían más que encantados de ver a su ídolo en directo, pero seguro que se quedaban con ganas de escuchar otras canciones... En cualquier caso, ya os digo que fue increible y que el recuerdo no me lo quita nadie y que siempre podré decir eso de
pues yo vi a tom waits en directo. Y como la Cenicienta a las doce en punto se fue dejándonos temblando con el huracán que había pasado ante nuestros ojos sin despeinarnos.
Aquí se puede ver un poco del concierto.