miércoles, diciembre 06, 2006

Tras varios días viendo a Antonio Banderas hasta en la sopa, me resigné y fui a ver "El camino de los ingleses" el fin de semana pasado. Ha pasado una semana y aún no se me olvida el disgusto. Primera sorpresa es que el prestigioso actor/cantante/compositor Fran Perea (cuyo mérito más insigne, fue editar un doble cedé recopilatorio de toda su carrera musical, osea, del único cedé que había editado meses antes, hazaña incomprensible para nuestras limitadas entendederas... ) vuelve a la carga con un papel de malagueño culto y comprometido muy en su línea de hacer el ridículo. Y yo que no entiendo de cine ( Carletto me perdone la osadía) lo único que creo es que posiblemente Banderas haya pretendido otra cosa, pero le ha salido una peli aburrida como pocas, rayando la ciencia ficción desde el momento en que los andaluces no pasamos todos los días mano sobre mano de la piscina a la terraza, de la terraza al paseo marítimo y de ahí a los billares, y de ahí a la cama de cualquiera, y entre medias alguna pelea o ajuste de cuentas, siempre medio borrachos y partidos de la risa. Pero vamos, que puestos a reflejar la vida de un andaluz, que me ponen un cámara oculta a mí misma durante veinticuatro horas ( y eso que paso 6 durmiendo, 2 conduciendo y 8 trabajando en la oficina) y no sale una peli tan aburrida como la de Banderas...

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