En agosto cerré mi mente por vacaciones, también mis ojos de vez en cuando para no ver ciertas cosas, el grifo para solidarizarme con los que padecen sequías e incendios y las manos para poder dar un puñetazo fuerte en la mesa al ver las cifras que se manejan en el fútbol. También cerré algunos bares... Por contra abrí varios libros pendientes, algún bote de aftersun, muchos helados, los brazos al viento, innumerables cervezas y botellas de buen tinto, la boca para recibir besos rubios, la cartera muchas veces. También abrí la puerta trasera de la infancia para colarme por unos días de nuevo en ella y hacer murallas en la playa que resistieran el golpe de las olas...
Y ahora en septiembre hago una mezcla con todo y abro y cierro y abro y cierro y casi siempre me mareo.
lunes, septiembre 05, 2005
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