sábado, febrero 08, 2003
Otra forma de tardar en dormirse es ver The ring. Una siempre ha pensado que el miedo a los anillos y a lo que ellos conllevan lo tienen los hombres, pero hasta en eso me equivoco. Una que no se asusta fácilmente le clavó las uñas a lo primero que pilló durante la película.Y luego otro par de noches sin dormir por culpa de un argumento que no tiene ni pies ni cabeza (en realidad, sólo tiene vísceras en descomposición). Y durante el día tampoco es fácil olvidarse de esas voces susurrantes, amenazas de muerte, niños diabólicos, sueños raros, alucinaciones...no vayáis, de verdad. Ya tenemos bastante con la realidad como para alimentar los subidones de adrenalina con ficción.
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