Bruce Springsteen. Gijón, 15 de mayo de 2003.
Pese a las unánimes alabanzas hacia el concierto de The Boss que habréis oído y leído, para mí no fue para tanto. Tuve la oportunidad de vivir su concierto de 1993 en el mismo lugar, el estadio El Molinón, y recuerdo aquel concierto como algo mucho más especial. Bien es verdad que el pasado jueves llegué directamente al concierto después de más de 6 horas de viaje, y que los últimos dos discos los he escuchado muy poco. Pero creo que faltaba potencia (y yo estaba relativamente cerca del escenario), aunque quizá fuera sólo en mi zona del campo, por la situación de las ristras de bafles, colgados del techo del escenario. Y Bruce ya no es tan rockero como antaño. Sus canciones tranquilas post 11-S posiblemente sean muy buenas, pero no te mueven en un macroconcierto.
Dicho lo cual, confieso que no me arrepiento de haber ido y de haber visto la capacidad de atracción de este hombre: El Molinón estaba completamente lleno, hasta la última fila de la grada fondo.
lunes, mayo 19, 2003
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