domingo, enero 19, 2003
Me alegro de tu regreso, Nacho. Hacía falta tu idealismo, se echaba de menos. Es más, estando tú ya me puedo dedicar yo a comentar mis noticias favoritas (y te dejo a ti las serias y a Gustavo, en cuanto aparezca, el fútbol). Del periódico de ayer destaco: "El Papa declara que es pecado holgazanear en la cama; no debe llegar el alba holgazaneando en la cama sin decir las oraciones del cristiano". Estoy traumatizada, porque resulta que es cierto eso de que todo lo que me gusta es ilegal, inmoral o engorda. Es pecado estar fuera de la cama de madrugada (lo que convierte en pecadores a todos los moustros aquí presentes, compañeros), estar dentro de la cama soñando con rehabilitar a Jesús Vázquez (lo que me incluye de nuevo), estar dentro de la cama acompañado de un infiel, o de otro cristiano, estar fuera de la cama cuando se hace de día sin decir las oraciones (esto ya incluye entre los pecadores a los drag queen y a panaderos, taxistas, redactores de periódicos, al gran hermano Pedro...). Lo mejor va ser dormir en el suelo, hasta que nos saquen el listado de las cosas que no son pecado (que a este paso, va a ser más corto que la lista de esquimales famosos).
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