viernes, febrero 27, 2004
Sólo me gustan los copos en el desayuno, en la montaña, en los pueblos tiroleses, en la cima de Kilimanjaro, en la peli de Frank Capra, bajo los pies de Alberto Tomba. Hoy Oviedo se despereza bajo un manto de copos blancos... Más si por mí fuese, esta noche buscaría, adúlteramente, otros pasos de cebra, otros semáforos, otras curvas y rotondas, bajo un cálido edredón de color sol y rumor de olas.
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